Llegaba el adolescente Jules a los diecinueve años de edad y como su padre había dispuesto desde su nacimiento, el muchacho es enviado a la capital a realizar los exámenes de Derecho. La mayoría de los estudiantes de provincia tenían que continuar sus estudios en París, por no tener condiciones para ello en sus localidades natales. La tía Charuel lo recibe en su casa en el número 2 de la rue Thérèse. Muy cerca del lugar, en la rue Richelieu, se encuentra un edificio construido en 1633, que desde 1720 coleccionaba una gran cantidad de documentos: la Biblioteca Real, que más tarde se convertiría en Biblioteca Nacional.
Pasa su examen de primer año en la facultad de Derecho y va al barrio Sainte-Geneviève donde encuentra a su primo Henry Garcet, profesor del liceo Henry IV. Después de estos exámenes Jules regresa a Nantes, con el pensamiento fijo de que sería preferible hacer sus estudios en la facultad de París a tener que ir constantemente a la capital solamente a hacer los exámenes. A finales de ese año escribe un drama histórico que titula Alejandro VI, el cual constituye su primera obra teatral.
Convence a su padre de la necesidad de instalarse en París y logra que Pierre le financie la posibilidad de arrendar un apartamento. Inicialmente estaba previsto que viviría con la tía Charuel, con la que había estado viviendo el año anterior, pero los nuevos movimientos sociales la habían hecho huir de la ciudad. Por tanto Jules consigue que su padre le pague la renta de la pensión que comparte con Edouard Bonamy, otro estudiante nantés, y que se ubica en el tercer piso del inmueble ubicado en el número 24 de la rue de la Ancienne Comédie.
Al cumplir los veinte años, mientras estudia en París, coincide con la Revolución de 1848. No obstante el ambiente de agitación, Verne es apolítico y no tomará partido por ninguno de los bandos. Cuando Edouard parte hacia Nantes, Jules obtiene en el mismo edificio una habitación para él solo. Se siente satisfecho, solo tiene un ventilador, pero cuenta con suficiente espacio para recibir a cualquiera. Mientras tanto, obtiene sus diplomas y le dice a su padre que ve bien prestar juramento y ser inscrito en el Directorio de abogados de París.
En estos años todo el dinero con que cuenta proviene de su padre, que sigue el principio de que más dinero del imprescindible distrae de los estudios y en sus cálculos no entran los libros, el teatro, ni las relaciones sociales. No obstante, siguiendo un criterio que mantendrá durante toda su vida, Jules decide que las necesidades del espíritu son más importantes que las del cuerpo, y escatima lo imprescindible para satisfacer esos gastos. Se alimenta durante días a pan y leche y con el dinero ahorrado compra libros. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Verne recordará siempre aquellos años como felices.
Los Verne se marchan a Provins en Seine-et-Marne y Jules va donde sus padres luego de su estancia en París. Cuando llega allí no puede menos que admirarse del paisaje de la zona que es encantador. Luego se marcha a Chartrettes donde su tía Charuel lo recibe, esta vez, en su residencia de campo.
Después de un tiempo allí, se marcha a París a Boulevard Bonne Nouvelle, quizás debido al consejo de su amigo Aristide Hignard que habita en ese mismo barrio. Primero en el número 11, luego en el 18. Henry le presta un poco de dinero y lo provee de todos los accesorios para amueblar la casa. Luego habita en el quinto piso de un inmueble situado en el Boulevard Poissonnière.
Por esta época, su tío Châteaubourg lo presenta en los principales salones literarios de la sociedad parisiense. Es entonces cuando conoce un día al gran Alexandre Dumas, autor de éxito con novelas como El conde de Montecristo y Los tres mosqueteros. Con él trabó inmediatamente una relación de amistad y protección que le lleva a estar presente en el palco de honor durante el estreno de la adaptación teatral de Los tres mosqueteros. Escribe un drama histórico que titula La conspiración de la pólvora. Casi inmediatamente, traba gran amistad con su hijo, que es solo cuatro años menor que él. Es a Alexandre Dumas hijo, según las propias palabras de Jules, a quien le quedo debiendo una gran deuda por todo lo que hizo por él.
Al año siguiente, finalmente se gradúa como abogado. El padre le conmina a volver a Nantes, pero se resiste, afirmándose en su decisión de hacerse un profesional de las letras. Rápidamente Pierre, a quien las veleidades exploratorias y literarias de su hijo le habían parecido siempre ridículas, le suspende la ayuda económica y es a partir de este momento que comienza a escribir en abundancia, sobre todo ante la necesidad de comer y vestirse. Para conseguir el dinero que le es necesario trabaja como secretario del Teatro Lírico y esto le permite tener suficiente tiempo para escribir pequeñas canciones, sainetes, operetas, piezas y cuentos que en su mayoría eran convencionales e incoloros. Indudablemente esto le roba el tiempo necesario para el estudio de esas ciencias que tanto admira.
Es por esta época cuando Verne, influenciado por las increíbles cotas que alcanzaban por aquel entonces la ciencia y la técnica, concibe el proyecto de crear la literatura de la edad científica, vertiendo todos estos conocimientos en relatos épicos, ensalzando el genio y la fortaleza del hombre en su lucha por dominar y transformar la naturaleza. Sería un proyecto novedoso y significaría algo nunca antes logrado: la Ciencia dentro de la Literatura.